La siembra experimental que se permite a partir de este decreto no pretende comprobar alguna hipótesis o reportar algún hallazgo científico, sino es únicamente el trámite requerido para que en un plazo de uno o dos años se generalice la siembra comercial de maíz transgénico en México. Lo que ningún experimento cambiará es la biología del maíz, que al ser un cultivo de polinización abierta hace imposible la coexistencia de variedades transgénicas y variedades no transgénicas, ya que las primeras inevitablemente contaminarán al resto. De ahí que el decreto se impone sin resolver el problema que fundamentaba la moratoria: la contaminación transgénica del maíz nativo, reconocida por el gobierno mexicano desde 2001.
A partir de ahora y en cuenta descendente el maíz transgénico se esparcirá como pandemia a los campos del principal cultivo y alimento básico de México. Monsanto ha declarado que a ellos les interesa avanzar en los cultivos comerciales del norte del país, principalmente en Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, que producen maíz con métodos industriales. Los productores de estos estados, sembrando con semillas mejoradas e híbridas convencionales y un paquete tecnológico con muy alto contenido de insumos químicos, capital, mecanización y riego, están logrando rendimientos muy altos, cerca de 20 toneladas por hectárea, que difícilmente los transgénicos podrán superar.
Sin embargo, ya que el mercado de semillas en México está controlado por las corporaciones que producen los híbridos convencionales, pero también los transgénicos, dependerá de su oferta que los productores puedan escoger sembrar maíz convencional.
El año pasado, la contaminación en Chihuahua demostró que la variedad 7525, que distribuye la empresa Producers Hybrids como híbrido convencional –pues hasta hoy está prohibida la venta comercial de semillas transgénicas de maíz– en realidad contenía variedades genéticamente modificadas de Monsanto.
Más temprano que tarde, los productores industriales de maíz correrán la suerte de los productores de Estados Unidos: aunque quieran no conseguirán sembrar variedades de maíz no transgénicas. Los agricultores comerciales en la mira de las corporaciones son quienes proveen la mayor parte del volumen de maíz que entra al mercado para consumo humano y que hasta ahora no es transgénico (12 millones de toneladas).
Y aunque se importa alrededor de 11 millones de toneladas anuales de maíz amarillo provenientes de Estados Unidos, donde 80 por ciento de las siembras son transgénicas, este maíz se utiliza sobre todo –aunque no exclusivamente– para la alimentación del ganado.
La agricultura campesina produce cerca de 8 millones de toneladas de maíz con mucho menos insumos químicos y utilizando variedades de semillas nativas o criollas, pero participa marginalmente en el mercado, pues destina al autoconsumo gran parte de su producción. Los campesinos son quienes conservan la gran diversidad de razas y variedades de maíz que existen en el país. Aunque parecerían no ser del interés de las corporaciones, pues sus condiciones de producción les impiden el uso de un paquete tecnológico homogéneo y no existen las variedades de semillas comerciales que puedan adaptarse a tan diversas condiciones ecológicas, los programas del gobierno se empeñan en incorporarlos a la agricultura industrial, promoviendo el uso de paquetes tecnológicos que incluyen variedades homogéneas de semillas, como el actual programa de apoyo a productores de maíz y frijol (Promaf).
Desde 2002 y hasta la fecha, los diagnósticos participativos de la presencia de transgenes en las milpas campesinas, elaborados por la red En Defensa del Maíz, registraron contaminación transgénica en regiones campesinas muy apartadas de las zonas de agricultura industrial. La apertura de la siembra de maíz transgénico en México indudablemente expandirá la contaminación a las variedades nativas y criollas de maíz.
La Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, en el informe Maíz y biodiversidad: efectos del maíz transgénico en México, 2004, recomendó hacer una evaluación profunda de los impactos en la salud, debido al alto consumo de maíz por la población mexicana (229 kilogramos anuales por persona en promedio), muy superior al de los países desarrollados.
El decreto presidencial del 6 de marzo nos impone en el corto plazo la obligación de comer tortillas transgénicas, pues no existirá otro tipo de maíz, a menos que como sociedad impidamos este desastre.
* Directora de Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam)
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Como complemento a esta nota, hoy mismo apareciO en "El Universal" la siguiente nota, que
nos hace avergonzarnos mAs de nuestras "autoridades" y "reresentantes" y su elocuente
propensiOn a destruir lo nuestro:
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"MaIz ComenzO a Cultivarse en MExico Hace mAs de 8 mil anios"
Los primeros cultivos de maíz aparecieron en México hace por lo menos 8 mil 700 años y no en Panamá, como se creía hasta ahora, revelaron dos estudios divulgados hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Además, esas investigaciones revelaron que el cultivo del maíz comenzó en tierras de baja altura y no altiplánicas, indicaron científicos de la Fundación Nacional de la Ciencia, de la Universidad Temple (Pensilvania) y del Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsonian. Según Anthony Ranere, científico de la Universidad Temple, los estudios determinaron que el maíz comenzó a cultivarse a partir de la teosinte, una maleza silvestre de gran tamaño que tiene cinco especies en México, Guatemala y Nicaragua. La especie más cercana al maíz, uno de los principales ingredientes en la dieta de esos países, es la "Balsas teosinte", nativa de la región del río Balsas en la región central de México. La búsqueda de los orígenes del maíz domesticado se centró en una zona del refugio de Xihuatoxtla, donde se encontraron restos de Balsas tesointe, así como de herramientas antiguas para moler el grano, además de una especie de calabacín (chayote) . "Encontramos restos de maíz y calabacín en varios lugares. Eso indica que ambos cultivos se consumían hace casi 9 mil años" , indicó Dolores Piperno, científico del Museo Nacional de Historia Natural. Como evidencia de esos cultivos, los científicos hallaron polen y carbón en sedimentos lacustres que indicaban que se habían despejado algunos sectores de la selva para crear parcelas de cultivo. Ranere indicó que se encontró almidón de maíz (diferente al almidón de teosinte) en las fisuras de muchas de las herramientas desenterradas en el lugar. "También hallamos pitolitos (cuerpos microscópicos rígidos) procedentes de la mazorca y como el teosinte no tiene mazorcas, nos dimos cuenta de que algo había cambiado" , explicó. Según el científico, la información recogida en el estudio respalda la idea de que el maíz fue "domesticado" en zonas bajas y no altas como se creía hasta ahora. "Durante mucho tiempo me pareció que se discutiera sobre el lugar y el momento del origen del maíz y nunca se hicieran investigaciones en el valle del río Balsas, donde surgió el antepasado silvestre" , indicó. -----------------------------------------------------------------------------------------------
No les ha sido suficiente. El cómodo grupo de presión que controla, manda y se sirve de cuanta institución se ha creado en la República decidió contrariar el sentimiento y la voluntad popular una vez más (2006). Encaramaron en la Presidencia, de ilegal manera, a un personaje por demás débil. Lo maniataron con sutiles y groseras correas y, desde ahí, continúan con su perseverante y cruenta labor de acumulación.
Ahora, encuentran que el señor Calderón ya no les es funcional a sus voraces apetitos. Él y sus acompañantes en la administración han dado tangibles pruebas de su ineficiencia, torpeza y nula visión de futuro. Al paso de los días, los panistas de elite se encierran con más llaves e interponen numerosas antesalas entre ellos y el resto de la población, en especial respecto de esos ciudadanos que habitan abajo, a los lados y en los arrabales circundantes. Tiene la plutocracia una salida bien planeada: un sustituto para 2012. El heredero lo han encontrado ya y lo empujan con el arma favorita (la televisión), quizá la única que les ha sido fiel, para introducirlo en sociedad. Lo acicalan con candor y gomina. Lo rodean de lo mejor (nice & cool) y, con trucados resortes de convencimiento popular, (lemas) lo presentan ante las masas teleauditivas. Contarán, para su labor de zapa y apaciguamiento de la conciencia colectiva, con varios aliados. En especial intentan apoyarse en las capas superiores de las clases medias. Serán ellas las adelantadas para desparramar puntos de vista afines y robustecer fobias contra los rivales. Esos estamentos sociales, donde el racismo hace de las suyas con una efectividad bien apreciada por la crítica orgánica, son los heraldos escogidos por los beneficiarios de la continuidad. Insistirán en expulsar a los nacos que acechan, sin rendición alguna, su oportunidad para trasladar su mayoría poblacional a otra de gobierno. Clamarán por la redición de los temores, mientras más etéreos mejor penetrarán en las almas timoratas, que son las más numerosas, según su corto entender.
Para su infortunio y pesada carga emocional, las elecciones de El Salvador les anuncian un grano adicional de preocupación en esta saga de la izquierda continental. El señor Caderón y sus protectores, guías y patrones se van quedando solos y de cara opuesta a los vientos que soplan por doquier. Empezando por Estados Unidos. Todavía no reparan bien en la disonancia que ya ocasionan entre sus posturas y las que pergeña Barack Obama. La visita de Lula a Washington debía ponerlos sobre aviso y sonar las alarmas. La crisis (quiebra profunda) de Wall Street les ha pasado de largo en sus efectos inmediatos, más aún en sus consecuencias estratégicas o de largo aliento.
Quieren, los hacendistas nacionales y empresarios subyugados por el imperio hegemónico falleciente, reparar de inmediato las pocas piezas obsoletas del sistema establecido para seguir haciendo de las suyas cuando la calma regrese. No se dan cuenta, o no quieren percibir, los profundos trastornos en los imaginarios políticos, sociales, económicos y hasta culturales que introdujo la crisis actual. El grueso del modelo imperante se vino abajo y no habrá forma de repararlo. En Latinoamérica han sucedido hechos de trascendencia y tal parece que seguirán su trayectoria, independientemente del pequeño grupo de padres e hijos
que los potentados ensamblaron para su reproducción, defensa o seguridad. La izquierda da pruebas de su capacidad para gobernar, hablar, inventar y producir por varios rumbos. México ha quedado arrinconado y la compañía de Colombia le acentúa dicha soledad. De persistir en tal ruta de colisión, no quedará otra que allanarse con potencias como Guatemala o Belice.
Mientras, en esta misma semana (al final de ella), se reunirá en el Distrito Federal un nutrido conjunto (miles) de activistas sociales y políticos de nuevo cuño. Uno que se empata, allá en la base de la pirámide poblacional, con millones que han empollado, en ellos mismos y sus comunidades, una nueva conciencia, individual y colectiva, que reclama su sitio en la convivencia organizada del país. Se les ha ensamblado con delicadeza y constancia ejemplares por todos los confines de la patria. No habrá ningún municipio que esté ausente de este conjunto de mexicanos alborotados por su nuevo papel entrevisto.
Los convencionistas visitantes quieren formar parte en la construcción de la nueva República. Lo intentan, y lo harán, trabajando desde abajo, con sus conocidos y vecinos que son, ciertamente, millones. Han resistido las apabullantes andanadas difusivas del aparato comunicacional del oficialismo, sus cercos y ninguneos, los chismes, desprecios a su inteligencia y demás conciliábulos para someterlos o, al menos, para atontarlos por un rato más. Son los que han alzado la voz disidente. Los que quieren ocupar el lugar que un futuro gobierno les depara en la construcción de la patria que sueñan. No solicitan ningún apoyo oficial, ni del dinero o de los prestigios adyacentes con sus agencias y altavoces reproductores. Sin difusión compulsiva que los arrope y hasta contra la más abyecta de las descalificaciones interesadas, provenientes, claro está, de los círculos selectos del sistema, irán ocupando el puesto en esta historia que, entre todos, han empezado a zurcir.
La victoria cultural de AMLO
hí viene la cargada: empresarios de diversos volúmenes, líderes políticos de todos los colores, académicos (a punto de dar la cabriola), propietarios de sindicatos coinciden en cantar réquiem al neoliberalismo, aunque casi todos lo sirvieron y se sirvieron de él. Y tienen razón. La economía está estancada hace 28 años. La corrupción rompe récords, el crimen organizado pone en duda la gobernabilidad. La desigualdad tiene a 40 millones de mexicanos con dos dólares al día. La macroeconomía empieza a resquebrajarse.
La propuesta fanática de los neoliberales: dejar todo en manos del mercado, no era original ni sincera. El grupúsculo de neoconservadores educados en las universidades estadunidenses que se apoderó del mando al principio de los ochenta copió a detalle el esquema del país vecino, con altísimo costo para el pueblo de México, aceptando que habría destrucción temporal del bienestar para después entrar al primer mundo. Estos tecnócratas fueron unos falsarios: desmantelaron el Estado y sus empresas, pero no en favor del mercado, sino de los grupos de interés. No aprovecharon la bonanza petrolera ni el auge de Estados Unidos.
Destruyeron la doctrina liberal: aumentaron el tamaño del gobierno, sus gastos y despilfarros. Estimularon la concentración monopólica. Realizaron privatizaciones apresuradas y corruptas. Rescates financieros masivos en favor de los más ricos. Abandonaron el medio rural, eliminaron los subsidios agrícolas por subsidios populistas. Convirtieron a México en un protectorado, desquiciaron, corrompieron, desarticularon el fuerte Estado mexicano. Asociados el PAN y el PRI durante el plazo de dos generaciones han mantenido el principio de impunidad e intangibilidad de los peores grupos. ¿Qué tiene de liberal todo eso?
¿Y qué propone ahora la nueva sabiduría convencional? Además de condenar la política neoliberal, quiere volver a regular las instituciones financieras e impedir sus excesos. Ceñir las operaciones bancarias al interés público. Rescatar la intervención del Estado, no sólo para impedir el desorden del mercado, sino para recuperarlo, es decir, para aumentar la competitividad de las empresas e impulsar de nuevo el crecimiento. Reducir las cargas fiscales para las pequeñas y medianas empresas y hacerlas efectivas para los macrogrupos. Propone salir del estancamiento y redistribuir el ingreso.
Resulta que ése es el centro de la propuesta de AMLO: volver a crecer y empezar a distribuir fue el alma de su campaña y hoy es su victoria cultural. El Proyecto Alternativo no era un peligro para México y hoy es la única esperanza frente a la decadencia.
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