Oaxaca y el presidente Vicente Fox Quesada
El sábado 2 de diciembre de 2000, en el Centro Cultural Santo Domingo de Oaxaca de Juárez, el presidente Fox, en su primera gira, dijo:
“Queremos enlazar y queremos hermanar a todo el pueblo de México. Hemos ya dado pasos adelante; desde ayer, en el momento preciso en que me ponían la banda presidencial, inició el retiro de buena parte de la presencia del Ejército en las comunidades de Chiapas”El sábado 28 de octubre de 2006, el presidente Fox ordenó el envío de fuerzas federales y su incursión en Oaxaca de Juárez. Lo que sucedió el mismo día y la incursión al centro de la ciudad el domingo 29, donde permanece.
Al inicio de su mandato el presidente ordenó el retiro de tropas de algunos lugares de Chiapas. Ahora está concluyendo su mandato con fuerzas federales en Oaxaca. Que triste contraste. Se quedó en la intención el cambio prometido o realmente nunca hubo tal intención.
Pretende el gobierno federal que está solucionando el conflicto, originado por la incapacidad del gobernador de Oaxaca de atender un reclamo legítimo de mejora salarial de los maestros. Lo que se ve es un apuntalamiento de ese gobernador.
El actual senador del PAN y líder parlamentario Santiago Creel Miranda, que fue Secretario de Gobernación, dijo el 2 de diciembre de 2000: "lo que pedimos es que se nos dé una oportunidad de poder probar que el diálogo y la negociación son mucho más eficaces que cualquier otro método", refiriéndose a Chiapas. En estos días inéditos, los senadores del PAN y del PRI no reconocieron lo que la realidad muestra que el gobierno en Oaxaca no existe. Lo muestra la realidad cuando pistoleros asesinan a manifestantes y un periodista estadounidense y la situación en la capital y regiones de Oaxaca es de afectación grave a la actividad económica y las clases en las escuelas públicas están suspendidas. La mayoría del senado que preside Creel no vio esa realidad. Manteniéndose así al gobernador de Oaxaca.
Ayer la Cámara de Diputados con el voto de todos los partidos exhortó al gobernador a pedir licencia o renunciar. El senado, de manera unánime, también le pidió que “reconsidere separarse del cargo para contribuir al restablecimiento de la gobernabilidad, la normalidad y la paz” Su permanencia es uno de los factores que polarizan el conflicto en Oaxaca. Él se está negando a atender estos llamados de los representantes de la soberanía popular de todo el país.
En las calles de Oaxaca los ciudadanos protestan por la presencia de las fuerzas federales y mantienen firme su reclamo: la salida del gobernador.
Con la presencia de la fuerza de ocupación de la ciudad no se ha resuelto nada aún. La actividad comercial y bancaria está suspendida, la vida allí está trastornada. Indignación es lo que causa esta situación, el uso de la fuerza en lugar del convencimiento. Lo más grave es que no ha habido castigo a los responsables de la muerte de ciudadanos. La impunidad está prevaleciendo. Se está persiguiendo a quienes han sido victimas y se percibe que se apuntala a los victimarios.
Ante esta realidad cabe preguntarse ¿es éste el preludio de lo que será el gobierno que viene?
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