Jorge Alberto López Bernal
El pueblo de Soledad, Etla, es uno de los establecidos desde la época virreinal en el valle de Oaxaca, así lo muestra su templo de estilo barroco ubicado en el centro. Los campesinos que habitan Soledad cultivan alfalfa, ésta para forraje de sus vacas y otros animales que tienen en corrales. Se produce en ese pueblo queso fresco, quesillo –queso de hebra- y también las variedades como el mozarela. En carretas jaladas por caballos son transportados los enseres para las labores del campo. Una vida aparentemente apacible transcurre en el poblado.
De Soledad partió Jorge Alberto antes del mediodía del domingo 29 de septiembre de 2006. Se dirigía al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social de la ciudad de Oaxaca de Juárez, donde laboraba como enfermero. Salió de su humilde vivienda, vestido de blanco. En el trayecto saludo a algunos de sus amigos. Llegó a la entrada de la ciudad en la qué el tránsito estaba suspendido por la incursión de la Policía Federal Preventiva –PFP, policía militar-. Descendió del transporte en que viajaba y caminó. Se encontró con el enfrentamiento que los manifestantes, que exigen la salida del gobernador de Oaxaca, tenían con la PFP. Había lesionados y él se dedicó inmediatamente a auxiliarlos. Sabía hacerlo y el momento lo requería.
Jorge Alberto estaba en su labor de brindar asistencia a los lesionados por la incursión policíaca cuando fue alcanzado por una granada lanzada por la tropa. Esa granada le estalló en el pecho y le quito la vida. El certificado de defunción 060200617, expedido por la Secretaría de Salud y firmado por el doctor Guillermo Morales Javier, dice que la causa de la muerte fue una “herida producida por disparo de proyectil de gas comprimido (gas lacrimógeno) que penetro el tórax produciendo fracturas, lesionando el corazón y pulmón izquierdo, con hemorragia abundante”.
Allí terminó la vida de Jorge Alberto. Cumpliendo él con su convicción de auxiliar para preservar la vida. Su muerte es un crimen cometido por la PFP, enviada por órdenes del presidente.
El padre de él, campesino, sufre el dolor inmenso de la pérdida de su hijo. Pregunta: ¿a quién le voy a pedir justicia? ¿al gobernador que solicitó que viniera la PFP? ¿al presidente que la envió? ¿a quién?
El crimen cometido de quitarle la vida a Jorge Alberto está impune. ¿Quedará impune?
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