La mano que mece la cuna
El reciente proceso electoral dejó a México como un cadáver en la plancha listo para la autopsia, esas entrañas abiertas dejaron entrever la podredumbre que existe a este país.
Sobra decir que estamos pasando por un proceso de depuración de los más de setenta años que nos dejó el partido que, desde el nombre, llevaba inherente la contradicción: partido “revolucionario institucional”, como si las instituciones fueran revolucionarias.
Cuando arribó Fox a la presidencia bailoteó encima de las ilusiones de democracia y justicia del pueblo, se mofó de ese pueblo que creyó en el ranchero grandote que pisoteaba dinosaurios de plástico durante su campaña.
Todos sabemos lo que sucedió, el descarado amasiato del PRI y el PAN se formalizó, dejaron de ser amantes y por fin se casaron, Fox y su Martita fueron los padrinos de lazo.
Ahora nos tocan tiempos de despertar de conciencias, tiempos de lucha, tiempos de esperanzas renovadas.
Hubo un detalle que llamó poderosamente mi atención en una entrevista que realizó recientemente Carmen Aristegui a Andrés Manuel López Obrador, dijo que al final, no le importaba quedarse solo porque tendría su conciencia tranquila, porque él sabía que no había traicionado al pueblo en la lucha por transformar el país desde la raíz.
Y sí, creo que aquí está la clave que nos identifica a todos los que hoy nos llaman renegados, necios, enajenados, locos, rojos, izquierdos, nacos, pobretones, huarachudos, flojos, tercos, mustios… a nosotros nos une esta convicción: el ser fiel a nuestros ideales, a nuestra escala de valores, a nuestra conciencia, que pensamos en un futuro mejor para nuestros hijos, que sabemos que, en caso de llegar a viejos, tendremos nuestra conciencia tranquila.
Inicié este post con la idea de los cadáveres y las planchas de anfiteatro porque hemos visto como se perdieron los valores, como hoy se graban videos de personas muertas para obtener remuneraciones económicas, o tal vez para “dar una lección” a alguien, porque hemos visto como se ha permitido transmitir la falsa idea a nuestros jóvenes del dinero fácil.
Por eso esta lucha representa mucho más que lo que pudiéramos imaginar, porque detrás del fraude hubo muchos intereses, llámese narco, iglesia, empresarios, FMI, por eso estamos concientes de que esto no iba a terminar con el “voto por voto” ni con impedir que Calderón tomara protesta, aquí estamos hablando de cantidades que nuestro cerebro no es capaz de registrar, porque son cifras ni siquiera imaginadas.
Así que no desmayemos, esto, así como se pudrió por más de setenta años, nos va a llevar mucho tiempo subsanarlo, tenemos que seguir firmes, ir construyendo las bases de nuestra nueva casa y la clave está en la educación, ya vimos como los poderosos siguen insistiendo en destrozar los caminos que llevan a ella pues un pueblo culto no les conviene pero, desde aquí, llamo a cerrar filas a los padres de familia, a los docentes, no permitamos más enajenación hacia nuestra niñez y juventud, tenemos que rescatar a nuestros jóvenes de la vida “fácil” que representa el narco, tenemos que cimentar nuevamente los valores de nuestros viejos, esos que llevamos dentro de nuestro corazón y que hicieron aquella nación fuerte e indestructible que fuimos un día, alejemos a nuestros niños y jóvenes de la delincuencia organizada ya que ellos son “la mano que mueve la cuna” del México contemporáneo.