Siempre he tenido una conexión mística con las alturas. Mis mejores recuerdos son desde la cima del Iztaccihuatl y del Nevado de Toluca, aunque W un día me dijo que eso no era camping.
El Pico de Orizaba siempre lo admiro desde Tlaxcala, ahora con el GTM en la sierra poblana será buen pretexto para verlo más seguido.