La izquierda frente al espejo
“¿Cometimos errores?,
claro que cometimos errores en la campaña presidencial.
¿El partido no estuvo a la altura?
Claro que no estuvo a la altura.
Pudimos haber enfrentado en mejores
condiciones la avalancha de la derecha
si hubiéramos cometido menos errores,
eso es cierto”
Senador Carlos Navarrete, coordinador de grupo parlamentario del PRD
Un sector de la izquierda aglutinada en el Partido de la Revolución Democrática ha iniciado un ejercicio de reflexión y autocrítica sobre su desempeño en el proceso electoral presidencial del año pasado y su actuación en el Congreso. Este ejercicio es sin duda muy saludable para el desarrollo de la democracia. Sería muy interesante y sano que esta reflexión se diera en todo el conjunto de la izquierda mexicana.
El sector del PRD identificado como Nueva Izquierda ha invitado a sus ejercicios de reflexión a periodistas y analistas políticos para conocer sus opiniones sobre la situación política actual, después de no obtener la Presidencia de la República en la elección del 2 de julio de 2006. Entre los invitados que han acudido al llamado están el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, la politologa Denisse Dresser, el filosofo Luís Villoro y el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral José Woldemberg.
La no obtención de la Presidencia de la República centró el debate en el relevo del Poder Ejecutivo, dejando a un lado la victoria, que lo es, por el gran avance en representantes de la izquierda en el Poder Legislativo: Cámara de Senadores y Cámara de Diputados. Este avance no se celebró como lo que es: una victoria electoral. Los legisladores postulados por la coalición de izquierda Por el Bien de Todos, que conforman el segundo grupo parlamentario por su número tienen la gran responsabilidad de impulsar en el Congreso los cambios a las leyes que permitan una competencia electoral en términos de equidad para los contendientes, para evitar, como sucedió en 2006, la intervención del presidente, ahora reconocida por el mismo, la participación de agrupaciones patronales, para favorecer a un candidato y, peor aún, obstaculizar la campaña del candidato que no era afín a sus intereses.
La autocrítica se inició desde el año pasado por voces poco atendidas. Algunas columnas y artículos en medios impresos y un libro,
La victoria que no fue de los periodistas Óscar Camacho y Alejandro Almazán, donde señalan los desaciertos del candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador en su campaña, además de los obstáculos puestos por sus enemigos.
Debe ponerse en claro que propuestas llevar al Congreso y cómo impulsarlas, qué alianzas legislativas se deben impulsar, ya que la composición del Legislativo no permite a ningún grupo parlamentario la aprobación de sus propuestas sin aliarse con otro u otros. Es el Congreso donde se debe fijar el rumbo, donde se debe decidir qué camino seguir.
Los legisladores no pueden actuar solos, debe apoyar sus propuestas en alianzas con grupos de la sociedad a la que representan. Deben aprovechar las coyunturas que se van dando. Una de esas coyunturas es la que se da con el relevo en la dirigencia del viejo Partido Revolucionario Institucional, cuyo grupo parlamentario es el tercero en el Congreso, su nueva dirigente declaró en su campaña a la presidencia de su partido que tendería hacía una posición de centro-izquierda, y esto tiene que demostrarse en los hechos, impulsando reformas a favor del avance democrático y económico que mejoré las condiciones de vida de la mayoría empobrecida de los mexicanos. Es por el bien de todos.