Bajo el sello de Grijalbo, estos días comienza a circular el libro La mafia nos robó
De 300 páginas, el texto consta de introducción y una extensa narración repleta de recuerdos, citas, revelaciones y reflexiones que se divide en cuatro partes: “Tabasco y otras cosas”, “El partido”, “Gobierno” y “
Con autorización del autor, Tabasco Hoy adelanta, en dos entregas, fragmentos del primer capítulo: Tabasco y otras cosas, donde se muestra un López Obrador autobiográfico, que no olvida ni los más mínimos detalles de su actividad pública en Tabasco y el país.
Su vida universitaria
No tuve una vida universitaria de muchos amigos. Me aislaba. Mi círculo era el grupo de tabasqueños con los que vivía. No podía tener un círculo de relaciones más amplio porque, la verdad, no tenía dinero. No tenía, tampoco, mucha comunicación con mi familia. Mis padres no estaban bien en lo económico, y por eso sólo a veces recibía de ellos un giro de 100 o 200 pesos. Vivía de milagro, de la solidaridad, de la comida y del hospedaje de
La vía armada
Nunca me planteé como opción la vía armada, aunque la admiraba porque me parecía llena de idealismo. ¿Cómo no respetar, por ejemplo, a guerrilleros mexicanos como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez? ¿Cómo no admirar el idealismo y la congruencia del Che?
Siento un profundo respeto por aquellos que optan por esa vía; sin embargo, no la comparto porque es una alternativa que produce mucho dolor y sufrimiento y sirve de pretexto a quienes nada más tienen el dinero, el poder y la fuerza, para reprimir y someter al pueblo.
Pellicer y Leandro Rovirosa
Otra anécdota que recuerdo es cuando lo acompañé (a Carlos Pellicer) a ver al secretario de Recursos Hidráulicos, el ingeniero Leandro Rovirosa Wade, durante el gobierno de Luis Echeverría… cuando se mencionó el Plan Chontalpa en la plática, yo enfrenté muy fuerte al ingeniero Rovirosa argumentando que se trataba de una imposición, que no surgía del sentir de la gente ni respondía a la tradición productiva de Tabasco. Tengo que reconocer que fui poco prudente porque alcé la voz y me exalté. Al salir le ofrecí disculpas al maestro Pellicer y él me dijo serio: “¡A usted no lo vuelvo a traer!”. Luego soltó la risa, se carcajeó.
Dejaba el cargo el ingeniero Leandro Rovirosa y el candidato del PRI a sucederlo era Enrique González Pedrero. Desde antes de su postulación, los que habíamos trabajado en el INI teníamos interés en que él fuese el candidato y gobernador de Tabasco...
Por ello nos adherimos a su campaña. No pertenecíamos al PRI sino que lo hicimos por esta circunstancia especial… además, en esos tiempos, no teníamos realmente otra opción. En Tabasco no había una tradición opositora. El PRI era predominante y la política se hacía básicamente en ese partido…
El ensayo duró siete meses: había entrado a la presidencia del PRI en febrero de 1983 y para septiembre se había desatado la crisis…
Dicho sea de paso: mucha gente que no me conoce piensa que, como estuve en el PRI, soy igual que los demás. Pero no, tengo mi propia historia; no soy un político tradicional y, aun cuando fui dirigente del PRI, busqué la democracia y fui consecuente.
En 1988 me tocó tomar otra decisión importante en mi vida. Acepté ser candidato del Frente Democrático Nacional (FDN) a la gubernatura de mi estado… Sabía que no ganaría pero estaba convencido de la necesidad de iniciar un trabajo de organización ciudadana para el futuro. Era imprescindible crear un movimiento opositor… Fue en esos días cuando conocí al ingeniero Cárdenas, al que le tenía mucha admiración y lo sigo respetando.
En esos días, Carlos Salinas, a quien habían nombrado presidente electo, me mandó decir con Ignacio Ovalle que le interesaba tener un “acuerdo” conmigo.
Ovalle me contó que Salinas le había pedido una opinión sobre mi persona y que luego de dársela le advirtió que yo no iba a ganar y que mejor me convenciera de que renunciara a la candidatura y, a cambio, me ofrecía un cargo en su gobierno.
Obviamente, cuando Ovalle me hizo el planteamiento, le dije que no aceptaba. Y, a partir de entonces, los operadores de Salinas —Roberto Madrazo, presidente el PRI en Tabasco; Fernando del Villar, delegado del PRI nacional y luego director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) (espionaje); y Humberto Mayans, secretario general de Gobierno—, como sucede ahora, hicieron todo lo posible para cumplir la disposición de que no ganáramos
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Al calce de este post, quiero comentar que de la historia política de AMLO a mi me tocó vivir la parte cuando trabajo junto con González Pedrero en la gobernatura del estado de Tabasco, y como ciudadana común y corriente puedo comentar que fué uno de los mejores períodos para Tabasco, la única ocasión en mi vida que he visto trabajar un gobierno con honestidad y para el pueblo. González Pedrero construyó puentes monumentales en poblaciones casi imposibles de llegar y que hasta habia famosos dichos al respecto. Promovió la cultura, como nunca se vió antes en Tabasco y que buena falta le hacia, se formó el grupo indígena de teatro, con esto quiero decir apoyó a sectores de la sociedad que antes de su llegada estaban totalmente marginados, en fin, esas son de las pocas cosas que me acuerdo, estaba yo muy joven en aquel entonces y claro me acuerdo de las cosas que mas me interesaban y preocupan en aquel momento, como era mi desarrollo cultural y educativo. Desafortunadamente después de ese período las cosas han ido de mal en peor, gracias a la presencia primero de Madrazo Pintado en la gobernatura y todos los demás que le han continuado.
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