Elegimos un Congreso que cambió su composición. La derecha aumento sus legisladores. La izquierda ubicó a más de sus representantes en las Cámaras de Diputados y Senadores, lo que ha sido el mayor avance de esta fuerza política en la historia reciente de México. El viejo partido de estado que en el 2000 perdió la presidencia, siguió su descenso para ubicarse como la tercera fuerza parlamentaria. Obtuvieron su registro y acceso a las diputaciones los socialdemócratas y otra pequeña fuerza afín a la derecha. Todos aceptamos la composición del Congreso.

En la disputa por la presidencia, después de muchas e intensas protestas que siguieron a la jornada electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación otorgó el triunfo al representante de la derecha, por una diferencia de 0.52 %. Éste tomó posesión en una ceremonia castrense nocturna en los primeros minutos del primer día de diciembre e hizo su protesta constitucional llegando por la puerta trasera de la sede del Congreso.

En una democracia se gana y se pierde de acuerdo al número de votos obtenidos. Uno puede ser la diferencia. Lo que muchos mexicanos cuestionamos, es que al tenerse una cifra tan reducida de votos de diferencia y con muchas inconsistencias en la integración de los resultados nacionales de la elección, se necesitaba un recuento de votos general que no se hizo, sino sólo parcialmente al 9% de las casillas electorales, lo que dio como resultado que la diferencia original se redujera de 0.58% a 0.52% que quedó en definitiva en el cómputo oficial.

La disputa por la presidencia, en la campaña y en las protestas posteriores al día de la elección generó una brecha entre los mexicanos que apoyaron a los candidatos más votados. Esa experiencia debe ser valorada por los actores políticos, muy especialmente por los legisladores, para realizar las reformas legales que establezcan claramente en la ley como proceder para que los resultados de una elección tengan la certeza para que sean aceptados por todos. Qué debe hacer y cómo el órgano electoral. Qué se permite y qué no en las campañas. Qué debe hacer y cómo el Tribunal Electoral.

La izquierda ha sido muy afectada como opción política por su actuación en la disputa postelectoral. En esta fuerza política, que no es poca, que tiene el mayor número de legisladores de su historia, debe haber una reflexión y pasar a la acción que le permita insertarse en el debate en el Congreso. Debe participar en la discusión de las propuestas, Debe llevar al Congreso sus propuestas y debatirlas con las otras fuerzas políticas, Debe plantearse que el Congreso es el espacio apropiado para la discusión de los proyectos y construcción de los acuerdos que den mejores leyes para una convivencia pacifica entre los mexicanos.

Los ciudadanos votamos, apoyando con nuestro sufragio una opción política. Una señal que sería bien vista por los ciudadanos sería que en el Congreso se debatiera y se llegara a acuerdos. Para que las próximas elecciones no tengan los vicios que hemos visto.

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