La Historia, segUn Bush
Esta semana, el psico-presidente de EU, George W. Bush, anuncio en una
conferencia de prensa que "las tropas no se retirarAn, pues de hacerlo,
la seguridad de Irak, y de la Civilizacion, estarIan amenazadas por
grupos extremistas que asentarIan allI". Asimismo, pretendio justificar
su empecinameinto belicista muy al estilo panista: tergiversando la
historia a modo, segUn sus intereses. SegUn El, la derrota en Vietnam
devino justamente por haber retirado a las tropas estadounidenses demasiado
pronto, por eso, en su "revisionismo chafa", pretende que solo la permanencia
en Irak garantizarIa que ese pais transite hacia "la libertad".
Los editoriales de periOdicos en varias partes del mundo no se hicieron esperar,
como se ve a continuaciOn, en extractos tomados de la pAgina de "Attac".
---------------------------------------------------------------------------------
La República, de Roma: “Irak como Vietnam. Por fin también lo comprende
Bush, tras meses y años en los que cualquier alusión al desastre de
Indochina había sido proscrita por la Casa Blanca. (...) Pero Bush lee
la Historia al revés, para llegar a la conclusión contrapuesta: el
problema no fue la invasión estadounidense a Indochina, sino la
retirada. (...) Si el presidente estadounidense se siente impelido a
desenterrar una vez más este fantasma -que durante cuatro años y medio
intentó ahuyentar- ello obedece a que, según Bush, ‘la médula de la
guerra contra el terrorismo es igual a la de las guerras contra
regímenes comunistas (...)’. Esa es una generalización increíble, que
demuestra con cuánta desesperación se hace actualmente propaganda...”
Osadía Política
The Times, de Londres: “El hecho de que el presidente Bush haya recurrido
a las enseñanzas de la guerra de Vietnam como argumento a favor de tener
más paciencia en Irak, fue políticamente osado. Los políticos no
despiertan fácilmente ese fantasma. Pero fue la opinión pública interna
la que, en su día, aceleró con graves consecuencias la retirada de
Estados Unidos de Vietnam. Y la opinión pública podría causar el mismo
efecto en el caso de Irak. La oposición estadounidense llegó a su punto
culminante en 1968 con la ofensiva del Tet. Desde el punto de vista
militar, fue una gran derrota para Saigón, como se reconoció de
inmediato. Pero, políticamente, ya nada pudo hacer flaquear la decisión
con que la opinión pública norteamericana exigió la retirada”.
Cuenta regresiva en marcha
El Mundo, de Madrid: “Aunque George W. Bush no quiera reconocerlo, la
cuenta regresiva para la retirada de las tropas estadounidenses de Irak
ya está en marcha. El problema no radica en el gobierno de Bagdad sino
en el presidente estadounidense y sus asesores, que siguen propagando
fantasías sobre un Irak libre y democrático”.
Tergiversación histórica
Basler Zeitung, de Basilea: “Quien alude a las barbaridades de la
postguerra en la antigua Indochina, no puede acallar aquellas de la
larga guerra de los años 60 y comienzos de los 70. La tergiversación de
la Historia que hace Bush es una burla para las víctimas de la masacre
de My Lai, de 1968, y todas aquellas personas que aún hoy padecen las
secuelas del agente desfoliante ‘Agent Orange’ utilizado por Estados
Unidos. En la guerra de Vietnam murieron hasta cuatro millones de
personas, sobre todo civiles. A diferencia de su actual presidente, la
mayoría de la población de Estados Unidos lamenta hoy que la guerra de
ese entonces no haya terminado antes. Al mismo tiempo, una clara mayoría
quiere terminar de una vez por todas la aventura de Irak.”
Agencia Prensa Ecuménica
-------------------------------------------------------------------------
Hasta cuando el mundo, los propios ciudadanos americanos tedran que
aguantara a este triste personaje?, en paralelo con el Real-Mexiko
(en alusion a la "Real politik"), donde se hace todo un proceso para
desaforar a un opositor por comunicar a un hospital, mientras
se pasean impunes gobernadores asesinos y pederastas, en E.U. hace
anios se armo un teatro similar para defenestar a un presidente, por
un escAndalo sexual, mientras que la muerte de mas de 600 mil civiles
por una guerra ilegal a pocos pareciera quitarles el suenio. Eso si,
el loco de washington se esta quedando solo, ya varios de sus
colaboradores se han retirando, pero aun y cuando esa fuera una
estrategia para ir "abandonando el barco" poco a poco, al grupo de
Bush no los salva ya la historia, porque no podrA reescribirla a su
manera, a la manera de la derecha deshumanizada que lo representa,
y que asienta sus reales hasta en nuestro pais, con un gobierno
igualmente ilegitimo, e igualmente impuesto a la fuerza, como la
guerra de nuestros vecinos del norte. la derecha tiene muy arraigada
esa idea ridicula del "mejor pedir perdOn, que pedir permiso".
Lo que quizAs debiera estar haciendo Bush es idear un plan para
esconderse cuando termine su gestiOn, porque no solo la sociedad civil,
los demOcratas y los medios lo tendran en la mira. Ni Salman Rushdie
habrA vivido lo que este enfermo mental encararA una vez que deje la
Casa Blanca.
Mundo amurallado
Leyendo por allí un artículo sobre las contradicciones contemporáneas del concepto libertad retomé algunos datos que me parecieron importantes y los plasmo a continuación de manera resumida incluyendo puntos de vista propios.
Los seres humanos estamos infringiendo al mundo nuevas cicatrices al levantar muros para separarnos unos de otros. En nombre de una distinta raza, nacionalidad, cultura, religión, ideología política o simplemente por cuestiones económicas, separarnos ricos de pobres.
Cuando cayó el muro de Berlín en 1989 se vislumbraba un tiempo feliz en el que los hombres seríamos finalmente hermanos, unidos en un nuevo orden mundial.
Hubo ingenuos que lo creyeron; han transcurrido casi veinte años y todo quedó en ilusión. Hoy se levantan nuevos muros, barricadas, vallas, verjas, fosos y trincheras en todo el planeta, los hay de todos los materiales, con piedras y arena, con metal y hormigón, con alambre de espino, con refuerzos de cámaras de video, sensores de calor, rayos láser, equipos de visión nocturna, helicópteros, aviones robotizados e incluso campos de minas. Miles de kilómetros de nuevas separaciones entre vecinos erigidas con la idea de ser infranqueables.
Estados Unidos, el país que más influyó en la caída del muro de Berlín ha emergido como el campeón de la construcción de murallas. Los soldados norteamericanos levantan en Bagdad una valla de cuatro kilómetros para separar a las comunidades Suní y Chií.
De la época de la guerra fría se conserva la llamada Zona Desmilitarizada del Paralelo 38, que separa, desde 1953 a las dos Coreas. Tiene 238 kilómetros de largo por cuatro de ancho. La custodian alrededor de dos millones de soldados de ambos bandos y sus alrededores se encuentran muy minados.
En el Zagreb sigue en pie la muralla de arena y piedra que Marruecos levantó en el Sahara Occidental para dificultar las incursiones de los guerrilleros del Frente Polisario. En Belfast y otro lugares de Irlanda del Norte, los llamados muros de la paz que separan católicos de protestantes.
Aunque la llamada Línea Verde que dividía Nicosia, la capital de Chipre, en una parte griega y la otra turca se está desmantelando, actualmente, por problemas políticos está resurgiendo otra, la que dividía Beirut Oeste musulmán del Beirut Este cristiano por la torpe invasión militar israelí el verano pasado.
Desgraciadamente abundan ejemplos de la fiebre de los muros, vallas y verjas en el mundo: la valla de seguridad que Israel levanta para intentar aislar a Cisjordania, las que separan Pakistán y Afganistán, India y Pakistán, India y Bangladesh, Tailandia y Malasia, hasta Brasil anda pensando en levantar su propio muro en un tramo de su frontera con Paraguay, el cual se situaría (menuda paradoja) justo debajo del puente que une a las riberas de ambos paises sobre el río Paraná llamado “de la amistad”.
La plaga ha llegado también a Africa: Botsuana erigió en 2003 una verja electrificada a lo largo de su frontera con Zimbawe. En el Golfo Pérsico las grandes empresas constructoras tienen contratos de nuevo tipo: construir un muro que separe los Emiratos Arabes Unidos de Omán y otro que separe Arabia Saudó de Irak a lo largo de sus 900 kilómetros de frontera común.
El año pasado el Congreso de EEUU aprobó por amplia mayoría – incluido el voto favorable de Hillary Clinton- la construcción de una barrera metálica de más de 1.100 kilómetros de longitud y unos cinco metros de altura a lo largo de toda la frontera con México.
Podría continuar con más ejemplos pero lo esencial es comprender las acciones lamentables que somos capaces de emprender los seres humanos, los que nos llamamos inteligentes, superiores, con libre albedrío. Cercenar la libertad demuestra la incongruencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace; como dijo Gandhi: “no hay camino hacia la libertad, la libertad es el camino”.
La Diosa TecnologIa No Habla Espaniol
Buenos dIas, hoy he decidido transcribir un texto del libro de Eduardo Galeano: "Las Venas Abiertas de AmErica Latina", escrito en 1971, pero con mucha vigencia actual. Estoy seguro de que encontrarAn verdades irrefutables y disfrutarAn de su lectura, tanto como yo, mAxime en estos tiempos en que la "modernidad" se pregona como argumento para la apertura indiscriminada a los flujos de productos y de capitales, mientras que el de personas es restringido a niveles inhumanos, excepto para los "convidados al banquete tecnolOgico".
--------------------------------------------------------------------------------------------
La Diosa Tecnología No Habla Español
Wrigth Patman, el conocido parlamentario norteamericano, considera que el cinco por ciento de las acciones de una gran corporación puede resultar suficiente, en muchos casos, para su control liso y llano por parte de un individuo, una familia o un grupo económico. Si un cinco por ciento basta para la hegemonía en el seno de las empresas todopoderosas de los Estados Unidos, ¿qué porcentaje de acciones se requiere para dominar una empresa latinoamericana? En realidad, alcanza incluso con menos: las sociedades
mixtas, que constituyen uno de los pocos orgullos todavía accesibles a la burguesía latinoamericana, simplemente decoran el poder extranjero con la participación nacional de capitales que pueden ser mayoritarios, pero nunca decisivos frente a la fortaleza de los cónyuges de fuera. A menudo, es el Estado mismo quien se asocia a la empresa imperialista, que de este modo obtiene, ya convertida en empresa
nacional, todas las garantías deseables y un clima general de cooperación y hasta cariño. La participación “minoritaria” de los capitales extranjeros se justifica, por lo general, en nombre de las necesarias transferencias de técnicas y patentes. La burguesía latinoamericana, burguesía de mercaderes sin sentido creador, atada por el cordón umbilical al poder de la tierra, se hinca ante los altares de la diosa Tecnología.
Si se tomaran en cuenta, como una prueba de desnacionalización, las acciones en poder extranjero, aunque sean pocas, y la dependencia tecnológica, que muy rara vez es poca, ¿cuántas fábricas podrían ser consideradas realmente nacionales en América Latina? En México, por ejemplo, es frecuente que los propietarios extranjeros de la tecnología
exijan una parte del paquete accionario de las empresas, además de decisivos controles técnicos y administrativos y de la obligación de vender la producción a determinados intermediarios también extranjeros, y de importar la maquinaria y otros bienes desde sus casas matrices, a cambio de los contratos de transmisión de patentes o know-how.
No sólo en México. Resulta ilustrativo que los países del llamado Grupo Andino (Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú) hayan elaborado un proyecto para un régimen común de tratamiento de los capitales extranjeros en el área, que hace hincapié en el rechazo de los contratos de transferencia de tecnología que contengan condiciones como éstas. El proyecto propone a los países que se nieguen a aceptar, además, que las empresas extranjeras dueñas de las patentes fijen los precios de los productos con ellas elaborados o que prohíban su exportación a determinados países.
El primer sistema de patentes para proteger la propiedad de las invenciones fue creado, hace casi cuatro siglos, por sir Francis Bacon. A Bacon le gustaba decir: “El conocimiento es poder”, y desde entonces se supo que no le faltaba razón. La ciencia universal poco tiene de universal; está objetivamente confinada tras los límites de las naciones avanzadas. América Latina no aplica en su propio beneficio los resultados de la investigación científica, por la sencilla razón de que no tiene ninguna, y en consecuencia se condena a padecer la tecnología de los poderozos, que castiga y desplaza a las materias primas naturales. América Latina ha sido hasta ahora incapaz de crear una tecnología propia para sustentar y defender su propio desarrollo. El mero trasplante de la tecnología de los países adelantados no sólo implica la subordinación cultural y, en definitiva, también la subordinación económica, sino que, además, después de cuatro siglos y medio de experiencia en la multiplicación de los oasis de modernismo importado en medio de los desiertos del atraso y de la ignorancia, bien puede afirmarse que tampoco resuelve ninguno de los problemas del subdesarrollo. Esta basta región de analfabetos invierte en investigaciones tecnológicas una suma doscientas veces menor que la que los Estados Unidos destinan a esos fines. Hay menos de mil computadoras en América Latina y cincuenta mil en Estados Unidos, en 1970. Es en el norte, por supuesto, donde se diseñan los modelos electrónicos y se crean los lenguajes de programación que América Latina importa. El subdesarrollo latinoamericano no es un tramo en el camino del desarrollo, aunque se “modernicen” sus deformidades; la región progresa sin liberarse de la estructura de su atraso y de nada vale, señala Manuel Sadosky, la
ventaja de no participar en el progreso con programas y objetivos propios. Los símbolos de la prosperidad son los símbolos de la dependencia. Se recibe la tecnología moderna como en el siglo pasado se recibieron los ferrocarriles, al servicio de los intereses extranjeros que modelan y remodelan el estatuto colonial de estos países. “Nos ocurre lo que a un reloj que se atrasa y no es arreglado –dice Sadosky-. Aunque sus macecillas sigan dando hacia delante, la diferencia entre la hora que marque y la hora verdadera será creciente.”
Las universidades latinoamericanas forman, en pequeña escala, matemáticos, ingenieros y programadores que de todos modos no encuentran trabajo sino en el exilio: nos damos el lujo de proporcionar a los Estados Unidos nuestros mejores técnicos y los científicos más capaces, que emigran tentados por los altos sueldos y las grandes posibilidades abiertas, en el norte, a la investigación. Por otra parte, cada vez que una universidad o un centro de cultura superior intenta, en América Latina, impulsar las ciencias básicas para echar las bases de una tecnología no copiada de los moldes y los intereses extranjeros, un oportuno golpe de Estado destruye la experiencia bajo el pretexto de que así se incuba la subversión. Éste fue el caso, por ejemplo, de la Universidad de Brasilia, abatida en 1964, y la verdad es que no se equivocan los arcángeles blindados que custodian el orden establecidio: la política cultural autónoma requiere y promueve, cuando es auténtica, profundos cambios en todas las estructuras vigentes.
La alternativa consiste en descansar en las fuentes ajenas: la copia simiesca de los adelantos que difunden las grandes corporaciones, en cuyas manos está monopolizada la tecnología más moderna, para crear nuevos productos y para mejorar la calidad o reducir el costo de los productos existentes. El cerebro electrónico aplica infalibles métodos de cálculo para estimar costos y beneficios, y así, por ejemplo, América Latina importa técnicas de producción diseñadas para economizar mano de obra, aunque le sobra la fuerza de trabajo y los desocupados van en camino de contituir una aplastante mayoría en varios países.
Al controlar las palancas de la tecnología, las grandes corporaciones multinacionales manejan también, por obvias razones, otros resortes clave de la economía latinoamericana. Por supuesto, las casas matrices nunca proporcionan a sus filiales las innovaciones más recientes, ni impulsan, tampoco, una independencia que no les convendría. Una encuesta de Business Internacional, realizada por encargo del BID, llegó a la conclusión de que “es evidente que las subsidiarias de las corporaciones internacionales que operan en la región no realizan esfuerzos significativos en materia de investigación y desarrollo. En efecto, la mayoría de ellas carece de un departamento con esa finalidad y en casos muy contados llevan a cabo labores de adaptación de tecnología, en tanto que otra minoría de empresas –situadas casi invariablemente en Argentina, Brasil y México- realiza modestas actividades de investigación”. Raúl Prebrish advierte que “las empresas norteamericanas en Europa instalan laboratorios y realizan investigaciones que contribuyen a fortalecer la capacidad científica y técnica de esos países, lo que no ha sucedido en América Latina”, y denuncia un hecho muy grave: “la inversión nacional –dice-, por su falta de conocimiento especializado [know-how], realiza la mayor parte de su transferencia de tecnología recibiendo técnicas
que son del dominio público y que se importan como licencias de conocimiento especializado…”
Es altísimo, en varios sentidos, el costo de la dependencia tecnológica: también lo es en dólares constantes y sonantes, aunque las estimaciones no resultan nada fáciles por los múltiples escamoteos que las empresas practican en sus declaraciones de remesas al exterior. Las cifras oficiales indican, no obstante, que el drenaje de dólares por asistencia técnica se multiplicó por quince, en México, entre 1950 y 1964, y en el mismo período las nuevas inversiones no llegaron siquiera a duplicarse. Las tres cuartas partes del capital extranjero en México aparecen, hoy, destinadas a la industria manufacturera; en 1950, la proporción era de una cuarta parte. Esta concentración de recursos en la industria sólo implica una modernización refleja, con tecnología de segunda mano, que el país paga como si fuera de primerísimo. La industria automotriz ha drenado de México mil millones de dólares, de una o de otra manera, pero un funcionario del sindicato de los automóviles en Estados Unidos recorrió la nueva planta de General Motors en Toluca, y escribió después: “Fue peor que arcaico. Peor, porque fue deliberadamente arcaico, con lo obsoleto cuidadosamente planeado… Las plantas mexicanas son equipadas deliberadamente con maquinaria de baja productividad”. ¿Qué decir de la gratitud que América Latina le debe a la Coca-Cola, la Pepsi o la Crush, que cobran carísmimas licencias industgriales a sus concesionarios para proporcionarles una pasta que se disuelve en agua y se mezcla con azúcar y gas?
Eduardo Galeano, “Las Venas Abiertas de América Latina”. Siglo XXI Editores, México. Septuagésimo séptima edición, 2006.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Etiquetas: Dependencia Tecnológica de A.L., Eduardo Galeano