En estos dias en que Michael Chertoff anuincia las "bondades ecolOgicas" del
"muro de la tortilla-II", que CalderOn (el usurpador) emite declaraciones "reivindicatorias"
de los derechos de los migrantes, que se refuerzan las normas para obtenciOn de visas a EU
y que se prevee la entrada de lo alimentos bAsicos, incluyendo el maIz en 2008, gracias al
"glorioso TLC", vine bien ler un poco sobre la realidad de las polItics migratorias que se
tratan de impulsar desde uno y otro lado de la frontera, esa frontera que es permeable al
dinero, limpio y sucio, los bienes materiales, el narcotrAfico, el trAfico de armas,
capitales, franquicias y empresas, pero no de personas, ... a menos que sea bajo
condiciones favorables para los grandes consorcios.
El artIculo es de "ATTAC", pero es en esta ocasiOn, mAs "breve".
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¿POR QUÉ LA POLÍTICA MIGRATORIA PROVEE TRABAJO BARATO A LAS GRANDES
CORPORACIONES DE ESTADOS UNIDOS?
David Bacon (TRUTHOUT - THE NATION) y
Laura Carlsen (FOREIGN POLICY IN FOCUS)
El Tratado de Libre Comercio conocido como NAFTA por su sigla en inglés
(North American Free Trade Agreement) inundó México con productos
agrícolas baratos subvencionados por EEUU que desplazaron del campo a
millones de agricultores mexicanos. Entre 2000 y 2005, México perdió
900.000 trabajos rurales y 700.000 trabajos industriales, con el
resultado de una profundización del desempleo a través del país. La
pobreza desesperada ha forzado a millones de trabajadores mexicanos a
emigrar al norte para alimentar a sus familias.
El Frente Nacional Campesino estima que el NAFTA ha desplazado a dos
millones de granjeros, en muchos casos a causa del aumento de las
importaciones de EEUU. En 1994, el primer año del acuerdo, EEUU exportó
a México 4,59 mil millones de dólares en productos agrícolas, según el
ministerio de Agricultura. En 2006, la cifra había aumentado a 9,85 mil
millones de dólares, es decir, en 114%. Solamente las exportaciones
estadounidenses de maíz, el alimento primordial de México y la fuente
más grande de empleo rural, se duplicaron a 2,5 mil millones de dólares
en 2006.
La combinación del desempleo, el enorme boquete entre los salarios de
EEUU y México y la demanda en EEUU de trabajo barato para competir en
los mercados globales, ha creado la actual situación migratoria. La
demanda de trabajo indocumentado en la economía de EEUU es estructural.
No es justo que algunas compañías intenten cortar esquinas. Esos no son
precisamente los trabajos que 'los trabajadores de EEUU no tomarán'.
Los emigrantes trabajan en casi todas las ocupaciones mal pagadas y son
esenciales para la economía de EEUU en esta época de competencia global.
La industria de alimentos envasados proporciona un buen ejemplo. La
industria de la alimentación de EEUU fue afectada por el rápido
deterioro global de las condiciones de trabajo de las últimas décadas
como resultado de la des-sindicalización, de la erosión de los salarios
y de otros beneficios y el aumento de los peligros de seguridad y para
la salud. La solución ha sido reemplazar a los trabajadores
sindicalizados por emigrantes.
Aparte del empleo tradicional en la agricultura, ha surgido otro uso
importante del trabajo migratorio con el advenimiento de la
subcontratación. Esta práctica, que comenzó a principios de los años 80,
ha contribuido a la des-sindicalización de la mano de obra. Es
conveniente señalar que en los empleadores recae la responsabilidad
directa por el estatus legal y el trato que reciben los trabajadores en
sus empleos.
En la estela del 11 de septiembre, el Servicio de Aduana e Inmigración
(ICE, su sigla en inglés) emprendió -a través de todo el país-
invasiones de lugares de trabajo y de hogares en una redada ascendente
de inmigrantes 'ilegales'. El ICE justificó estas incursiones bajo la
retórica de “mantener nuestra patria segura y prevenir el terrorismo”.
Sin embargo, la verdadera meta de estas acciones es interrumpir el flujo
de la fuerza de trabajo inmigrante a EEUU y substituirla por un programa
no sindical firmemente regulado del trabajador-huésped. Esta política es
empujada por las compañías que buscan a trabajadores permanentes de
bajos salario a través de un grupo de lobbystas llamado Coalición
Esencial de Trabajadores Inmigrantes (EWIC, su sigla en inglés). Los 52
miembros de la EWIC incluyen a la Cámara de Comercio de EEUU, Wal-Mart,
Marriott, Tyson Foods, Instituto Americano de la Carne, Asociación de
Contratistas del Paisaje de California y Asociación de Constructores y
de Contratistas.
El ICE tiene ahora la Operación Devuélvase al Remitente (Operation Return
to Sender), un programa supuestamente diseñado para apuntar a fugitivos
extranjeros. El programa ha hecho redadas indiscriminadas de más de
13.000 inmigrantes indocumentados en las ciudades de EEUU.
Las organizaciones de derechos del inmigrante han observado que la
enérgica medida del ICE ha conducido a serias violaciones de los
derechos humanos. Las familias son separadas. Las audiencias son lentas
y a menudo las familias no saben por largos períodos de tiempo dónde se
están sosteniendo sus seres queridos. Un informe del 16 de enero del
inspector general del ministerio de Seguridad de la Patria sobre las
condiciones de vida en cinco centros de detención identificó la
violación frecuente de los estándares federales de salud, atestamiento y
violaciones de seguridad.
Las redadas e incursiones destacan la vulnerabilidad de los trabajadores
inmigrantes bajo la ley actual de EEUU. En 1986, el Congreso aprobó la
Immigration Reform and Control Act, una ley que tipifica como crimen
federal si un patrón emplea a un trabajador sin documentos válidos de
inmigración. Mientras pocos patrones han enfrentados sanciones, en
realidad la ley convirtió en un crimen que los trabajadores
indocumentados consigan un empleo. Ninguna ley actual ordena a los
patrones afiliar a la Seguridad Social a los trabajadores que no estén
de acuerdo. Pero el presidente Bush propuso una nueva regla
administrativa, que permite a los patrones no afiliar a ninguno. La
regulación nunca se ha publicado oficialmente, pero ya la aplican muchas
compañías.
La represión y la agenda detrás de estas enérgicas medidas están
alarmando a muchos sindicatos. En 1999, la federación sindical AFL-CIO
(sigla de American Federation of Labor and Congress of Industrial
Organizations) llamó a derogar la sanción al patrón, reclamó también un
programa generoso de legalización, mejores posibilidades para la
reunificación de las familias y una aplicación de los derechos en los
lugares de trabajo. La federación ya anunció su oposición a los nuevos
programas de registro del trabajador-huésped. La organización de los
empleados de servicio y las dos uniones de la ropa estuvieron entre los
primeros en empujar esta posición. 'Todavía llamamos a derogar las
sanciones al patrón, igual que en el pasado', dijo Bruce Raynor,
presidente de Unite Here. 'Hay 12 millones de personas indocumentadas
que viven aquí, quienes son importantes para la economía', aseguró.
'Tienen derecho a buscar empleo y los patrones tienen derecho a
emplearlos. La única manera de enfrentar esto es dándole a los
trabajadores sus derechos y una trayectoria hacia la ciudadanía'.
Las organizaciones “Which Side are you On?” (¿De qué lado está Ud?) y
“Workers, not Guests” (Trabajadores, no huéspedes) expusieron de qué
manera la ley de inmigración de EEUU comienza a transformarse en un
mecanismo para proveer de mano de obra barata a algunas de las
corporaciones más grandes del país. La ley de inmigración está creando
una sociedad de dos niveles, donde a millones de personas se les niegan
los derechos fundamentales y las ventajas sociales, porque esas
corporaciones las reclutan para venir a EEUU condenadas a un estatus de
segunda clase. Esos trabajadores huésped son la cara del aumento de la
pobreza y la explotación, y su estatus está comenzando a utilizarse para
aplicar presión en los salarios, beneficios y derechos en sus lugares de
labor a todos los trabajadores.
'Trabajadores, no huéspedes' describe la manera en que la
administración Bush utiliza incursiones contra la inmigración para
atacar campañas y esfuerzos de organización sindical de los trabajadores
inmigrantes para hacer cumplir sus derechos y las protecciones básicas
en el lugar de trabajo. Además, la administración utiliza las
incursiones para presionar al Congreso para que apruebe un nuevo
programa, sumamente ampliado del trabajador huésped.
Ambos artículos describen cómo algunos grupos han abandonado su oposición
histórica a los programas de contrato de trabajo. Por ejemplo, el
Consejo Nacional de La Raza, el Foro Nacional de la Inmigración, y otras
organizaciones religiosas y laborales han desarrollado una alianza
política con algunas de las corporaciones más grandes del país, con el
propósito de aprobar la nueva legislación del trabajador huésped. Esta
legislación también incluye provisiones que harán mucho más ásperas y
más extensas las futuras redadas contra la inmigración.
Desde nuestra publicación, la administración Bush y los senadores
demócratas y republicanos ha anunciado las nuevas propuestas que van
incluso más lejos. Eliminarían la capacidad de las familias inmigrantes
de juntarse en EEUU e instituyen un sistema corporativo conducido por
las empresas para proveer trabajo experto a las grandes compañías. Las
incursiones y redadas llegarán a ser incluso más ásperas, con enormes
centros de detención que están construyéndose en la frontera. Las
propuestas legislativas permitirían que las corporaciones recluten unos
600.000 trabajadores huésped contratados al año.
La aplicación de la política de inmigración al embudo laboral de los
patrones corporativos está creciendo, a la vez que el Congreso debate la
nueva legislación comercial corporativa, incluyendo la renovación de la
autorización al gobierno de negociación rápida (fast track) y cuatro
nuevos acuerdos de libre comercio, con Corea del Sur, Perú, Panamá y
Colombia. Estas legislaciones aumentarán el desplazamiento de
trabajadores y de granjeros en otros países, enviando a muchos de ellos
a la corriente migratoria a EEUU. Esta dislocación se está coordinando
con las ofertas de inmigración del Congreso, que entonces canalizarían a
trabajadores desplazados hacia las industrias donde su trabajo puede
explotarse provechosamente, asegurándose de que solamente puedan
permanecer en EEUU y en un estatus vulnerable a la explotación.
La gran prensa ha difundido muchos artículos sobre las propuestas y las
incursiones. Sin embargo, hubo una muy pequeña cobertura sobre el
trasfondo corporativo de los proyectos para la inmigración debatidos en
el Congreso. Muchos reporteros describieron la legislación del
trabajador huésped como 'favorable al inmigrante' y 'a la izquierda'.
Esto no se debe únicamente a un reporteo inexacto, sino que realmente es
la cobertura de la dominación corporativa de la agenda de inmigración en
el Congreso. Virtualmente, no hubo cobertura de la conexión entre la
política comercial de EEUU y la política de la inmigración.
Para una información más exacta, los lectores pueden entrar en contacto
con la Red Nacional para los Derechos del Inmigrante y del Refugiado,
www.nnirr.org. Global Exchange organizó un viaje nacional de
conferencias y discursos sobre política de comercio y de inmigración de
David Bacon y de Juan Manuel Sandoval, principal crítico mexicano de la
política de inmigración del NAFTA y de EEUU. Las presentaciones
efectuadas durante ese viaje están disponibles en el website de Global
Exchange:
www.globalexchange.org.
ico: Diana Grant, Ph.D. Traducción: Ernesto Carmona (especial para
ARGENPRESS.info)
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