Electricidad para el Progreso de México
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Central Hidroeléctrica Temascal, norte del estado de Oaxaca |
Eleonaí Rivera
El 14
de agosto de 1937 el entonces Presidente de la República, General Lázaro
Cárdenas del Río, emitió el decreto que dio lugar a la fundación de la Comisión
Federal de Electricidad. Ya han transcurrido 76 años desde que ese hecho marcó
un hito en la historia nacional y contribuyó el progreso de México al permitir
llevar el fluido eléctrico a poblaciones, luego rancherías, iluminando las
noches y el futuro de varias generaciones de mexicanos. También fue el cimiento
para la construcción de centrales de generación de electricidad, primero
pequeñas y luego gigantes, líneas de transmisión y redes de distribución. Toda la infraestructura eléctrica que actualmente
cubre, ilumina y mueve a México.
El 27
de septiembre de 1960, el presidente de entonces, Adolfo López Mateos, anunció
a la Nación que el Estado mexicano había adquirido la mayoría de las acciones
de las empresas que entonces tenían concesiones para el suministro de energía
eléctrica en centros urbanos e industriales del país. Atendiendo así a las
exigencias de mejora del suministro eléctrico que con deficiencias esas
empresas prestaban a cambio de tarifas elevadas. Este segundo acto del gobierno
permitió a nuestro país conformar el Sistema Eléctrico Nacional operando a una
sola frecuencia, de 60 ciclos por segundo, e interconectando las distintas
regiones que permiten tener un sistema robusto que funciona de manera continua.
Así operan centrales de generación, líneas de transmisión y redes de
distribución que llegan a todas las latitudes de México proporcionando
electricidad a 97% del total de la población.
En
esta fecha el Congreso de la Unión ha recibido del titular del Poder Ejecutivo
Federal una iniciativa de reforma a la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos –nuestra Ley Suprema- para que las centrales de generación de
energía eléctrica para el servicio público dejen de ser exclusivas del Estado
mexicano. Tal propuesta implica desmembrar al Sector Eléctrico Nacional de su componente
básico: la generación de energía. Tal generación no sólo es un procesos
industrial es una acción básica para la seguridad energética de la Nación y por
lo tanto de la seguridad nacional.
Un
repaso de la física no está fuera de lugar y permite tener claridad en lo que
significa la generación de electricidad. La energía eléctrica se utiliza, en
las diversas actividades de la sociedad, al mismo tiempo que se genera, se
transmite y se distribuye. No es posible su almacenamiento en su modalidad uso –la
corriente alterna- en nuestro territorio. La demanda eléctrica siempre tiene
que ser satisfecha por la oferta: la generación. Por ello la importancia de que
un sistema eléctrico opere de manera verticalmente integrado, en una sola
empresa la generación, la transmisión y la distribución. Por otra parte, para
el transporte de la electricidad generada son necesarios conductores desde
donde se genera hasta donde se utiliza. Este transporte es por líneas y redes.
No hay aún transporte de electricidad de manera inalámbrica. Por ello un
sistema eléctrico es todo un conjunto operando de manera simultánea en sus
componentes. No puede ser de otra manera. Y tampoco es viable que puedan
instalarse dos o más sistemas para que quien la utiliza pudiese elegir a cuál
sistema conectar su instalación eléctrica para su consumo. La física nos dice
que la electricidad –en su forma de corriente alterna- sólo puede proporcionarse
a quien la utiliza teniendo la generación y el sistema de conducción –líneas transmisión
y redes de distribución- operando interconectado y al mismo tiempo.
Pretender
la separación de la generación de electricidad y privatizar esta parte del
sector eléctrico, como lo propone el gobierno federal es un retroceso. Es un
retroceso porque los propietarios de cada central de generación o grupo de éstas
buscarían solamente su interés particular, su máxima utilidad económica, sin
importarles el interés general, provocando costos de regulación en los que no
se incurre ahora, sin que esa regulación –técnica y económica- contenga las
ambiciones de ganancia ilimitada de los posibles inversionistas. Un caso
relativamente reciente es el de California en el invierno de 2000 – 2001,
cuando la capacidad de generación no fue suficiente para la demanda de
electricidad, provocando apagones en una parte del territorio del país cumbre del
capitalismo (1). Hay negocios que de manera exitosa son operados por
inversionistas privados y sus clientes reciben sus productos o servicios a
precios satisfactorios por competitivos, no es el caso de la electricidad por
sus particularidades basadas en la física.
Por
ello no es aceptable el cambio propuesto a la Constitución que pretende
establecer: Corresponde exclusivamente a la Nación el control del sistema
eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución
de energía eléctrica; en dichas actividades no se otorgarán concesiones, sin
perjuicio de que el Estado pueda celebrar contratos con particulares en los
términos que establezcan las leyes, mismas que determinarán la forma en que
podrán participar en las demás actividades de la industria eléctrica.
La única
forma de mejorar el suministro de energía eléctrica, abatir sus costos a los
mexicanos y sus empresas, es fortaleciendo a la Comisión Federal de
Electricidad, disminuyendo hasta la eliminación las pérdidas de energía no
técnicas –robo de energía-, eliminando la corrupción, transformado el parque de
generación mediante el uso eficiente de los recursos no renovables que
pertenecen a la Nación y cambiando hacia el uso de fuente primarias de energía renovables,
con las innovaciones tecnológicas. Manteniendo su integración vertical:
Generación – Transmisión – Distribución- y horizontal –todo el territorio
nacional-. Por ello es mejor, como lo establece la Constitución vigente en su
artículo 27:
CORRESPONDE
EXCLUSIVAMENTE A LA NACION GENERAR, CONDUCIR, TRANSFORMAR, DISTRIBUIR Y
ABASTECER ENERGIA ELECTRICA QUE TENGA POR OBJETO LA PRESTACION DE SERVICIO
PUBLICO. EN ESTA MATERIA NO SE OTORGARAN CONCESIONES A LOS PARTICULARES Y LA
NACION APROVECHARA LOS BIENES Y RECURSOS NATURALES QUE SE REQUIERAN PARA DICHOS
FINES.
También
se requiere que el Congreso de la Unión derogue las modificaciones a la Ley del
Servicio Público de Energía Eléctrica LSPEE que son anticonstitucionales y
fueron aprobadas en 1992 por los legisladores del Pe erre i a iniciativa del
entonces titular del poder ejecutivo federal, Carlos Salinas de Gortari.
La
reforma pretendida con la iniciativa que se ha ingresado al Congreso de la
Unión el 14 de agosto de 2013, no atraerá ninguna inversión adicional, ni
permitirá crear ningún empleo, lo que se pretende es cubrir la reforma de la
LSPEE de 1992, que es anticonstitucional. No debemos permitir el engaño.
Notas: