Por pares
16 marzo, 2014
  Electricidad e hidrocarburos de México


Texto guía de la participación de Eleonaí Rivera en el
foro La Importancia del Sector Energético
para el Desarrollo de México,
organizado por el Movimiento Regeneración Nacional
esta tarde - noche en la explanada municipal de Salina Cruz, Oaxaca.


Un pequeño poblado, una villa, una ciudad, una región y el país entero se mueven con energía. Salvo en aquellos poblados intrincados en serranías de difícil acceso donde el único combustible es la leña, en todos los demás se utilizan hidrocarburos como el petróleo y el gas como combustibles para la preparación de los alimentos. En el transporte terrestre se utilizan gasolinas y en el aéreo turbosinas, todos éstos derivados del petróleo que se extrae del subsuelo –de la plataforma continental o debajo del lecho marino-. Para la iluminación, en tanto en los pequeños poblados recónditos se usa el ocote u otro producto vegetal, en otros el petróleo o la gasolina, la gran mayoría de la población ilumina sus viviendas con electricidad. La electricidad también es el impulsor de la maquinaria en la industria y en los servicios. Así las cosas los grandes impulsores de la vida moderna son los hidrocarburos y la electricidad.

La Constitución vigente hasta el 20 de diciembre de 2013

Industria eléctrica:

Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines.


Hidrocarburos:

Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrogeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radiactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva.

La llamada reforma energética, hasta ahora consiste en una reforma a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para mutilar la propiedad de la Nación de los recursos energéticos, cediendo su explotación a particulares.

Artículo 27 a partir del 20 de diciembre de 2013:

Corresponde exclusivamente a la Nación la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica; en estas actividades no se otorgarán concesiones, sin perjuicio de que el Estado pueda celebrar contratos con particulares en los términos que establezcan las leyes, mismas que determinarán la forma en que los particulares podrán participar en las demás actividades de la industria eléctrica.

Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones. Con el propósito de obtener ingresos para el Estado que contribuyan al desarrollo de largo plazo de la Nación, ésta llevará a cabo las actividades de exploración y extracción del petróleo y demás hidrocarburos mediante asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con particulares, en los términos de la Ley Reglamentaria. Para cumplir con el objeto de dichas asignaciones o contratos las empresas productivas del Estado podrán contratar con particulares.

Antes de que se aprobaran estos cambios a la Constitución, millones de mexicanos y mexicanas nos movilizamos y solicitamos que se hiciera una consulta pública a todos para decidir el destino de lo que es de interés nacional. No fuimos escuchados. Se nos ha negado el derecho a opinar sobre el destino de los recursos energéticos de la Nación y que pertenecen a todos los mexicanos, de las presentes y futuras generaciones.

Cuáles son los perjuicios que pueden causarse a la Nación con estas reformas constitucionales aprobadas

Al permitir la participación de particulares, mediante contratos, en la extracción y proceso de hidrocarburos se estaría compartiendo con ellos la riqueza nacional que es de todos y no hay razón para ello. En los artículos transitorios del decreto que reforma los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, se delinea qué tipos de contratos se podrán otorgar a particulares: Estos pueden ser: de servicios, de utilidad compartida, de producción compartida o de licencia. Los primeros ya se han otorgado, aún al margen del orden constitucional, los segundos –de utilidad compartida- nos hacen pensar: porqué habría de compartirse la utilidad de la explotación de un yacimiento de petróleo o de gas, si todo corresponde a la Nación. Sería ésta una forma de transferencia de la riqueza nacional a particulares sin ningún sustento. Es el mismo caso de los que se pretenden denominar contratos de producción compartida, en éstos independientemente de las utilidades lo que se dividiría es el producto –petróleo o gas- sin haber razón para entregar una parte de la riqueza de la Nación. En los denominados contratos de licencia lo que se pretende es esconder mediante este eufemismo concesiones, lo que está prohibido en la Constitución, ya que es riqueza nacional.

Con estos contratos lo que se pretende es privatizar la riqueza nacional en favor de particulares, nacionales y extranjeros. El argumento que se ha esgrimido es la falta de capital y tecnología para que la Nación a través de Petróleos Mexicanos –Pemex- realice la explotación y transformación, mediante la refinación o proceso en la industria petroquímica y que ese capital y tecnología faltante lo aportarán los particulares. Este argumento resulta falto de base sólida toda vez que de los ingresos presupuestales que dispone el gobierno federal un 35% o 40% provienen de la industria petrolera nacional. Sí esos recursos ya se tienen de la misma industria que se pretende seguir privatizando no hay justificante para la incursión de agentes externos al interés nacional. El gobierno federal tiene una gran déficit de ingresos para las necesidades nacionales, esos ingresos los puede lograr con una reforma fiscal que grave proporcionalmente a todos según sus percepciones o utilidades, dejando de mantener un régimen especial que permite un baja tributación a grandes consorcios con utilidades elevadas y poca contribución al fisco.

Con la implantación de esta reforma en la industria petrolera el gobierno federal dejará de recibir y disponer de los ingresos que pretende compartir con particulares. Se estará entregando parte de la riqueza de la Nación a particulares.

La generación de electricidad se pretende seguir privatizando con esta reforma. Después del avance en la privatización de esta parte del proceso de la industria eléctrica, realizado en contra de lo establecido en la Constitución, mediante una reforma a la Ley del Servicio Público de Energía  Eléctrica aprobada por el Pe erre i en 1992, que ha llegado al 35% de la generación de energía eléctrica que suministra la Comisión Federal de Electricidad –CFE-. Ahora se pretende que toda la generación de electricidad sea de particulares.

¿Qué establece la física?

Un repaso de la física no está fuera de lugar y permite tener claridad en lo que significa la generación de electricidad. La energía eléctrica, en forma de corriente alterna como la utilizamos en México, en las diversas actividades de la sociedad, se genera al mismo tiempo que se transmite, distribuye y utiliza.

No es posible su almacenamiento en su modalidad de uso –corriente alterna- en nuestro territorio. La demanda eléctrica siempre tiene que ser satisfecha por la oferta: la generación. Por ello la importancia de que un sistema eléctrico opere verticalmente integrado, esto es en un mismo sistema: generación, transmisión y distribución.

Por otra parte, para el transporte de la electricidad generada son necesarios conductores, desde donde se genera hasta donde se utiliza. Este transporte es por líneas y redes. No hay aún transporte de electricidad de manera inalámbrica.

Un sistema eléctrico es todo un conjunto operando de manera simultánea en sus componentes. No puede ser de otra manera. Y tampoco es viable que puedan instalarse dos o más sistemas para que quien la utiliza pudiese elegir a cuál sistema conectar su instalación eléctrica para su consumo. La física nos dice que la electricidad –en su forma de corriente alterna- sólo puede proporcionarse a quien la utiliza teniendo la generación y el sistema de conducción –líneas de transmisión y redes de distribución- operando interconectado y al mismo tiempo.



La generación de energía eléctrica, mediante el aprovechamiento de combustibles fósiles para la producción de calor y vapor, de las caídas de agua, de la fuerza del viento y alguna otra modalidad, es la parte inicial y por lo tanto fundamental de la industria eléctrica. Sí no hay generación no habría electricidad que llevar por el sistema eléctrico para suministro a viviendas, comercios, servicios e industria.

La generación es prioritaria para la seguridad energética. Y la seguridad energética contribuye a la seguridad nacional. Sí ésta continúa privatizándose se pone en riesgo la seguridad energética y por lo tanto la seguridad nacional.

Experiencias negativas de la industria eléctrica privada en otros países

Un caso relativamente reciente es el de California, donde en el invierno de 2000 – 2001, la capacidad de generación no fue suficiente para la demanda de electricidad, provocando apagones en una parte del territorio del país cumbre del capitalismo por la voracidad de los propietarios de las centrales de generación eléctrica (1).

Otro caso del pasado inmediato: Las viviendas y comercios de un gran sector de Buenos Aires, la capital argentina, apagaron sus luces y sus aparatos de aire acondicionado en el verano del hemisferio sur. Sus ciudadanos salieron a las calles a reclamar que hubiese electricidad y no la hubo (2).

Hay negocios que de manera exitosa son operados por inversionistas privados y sus clientes reciben sus productos o servicios a precios satisfactorios por competitivos, no es el caso de la electricidad por sus particularidades basadas en la física.

¿El gas será barato?

El argumento para privatizar la generación de energía eléctrica es una prolongación de la privatización de los hidrocarburos. Se dice que se explotarán yacimientos de gas y que con éste se producirá electricidad para que las tarifas bajen. Ya han privatizado el 35% de la generación y las tarifas no bajan.

La explotación de yacimientos de gas de esquisto o gas shale pretenden hacerla con la inyección de “fluidos al subsuelo” con un método llamado fractura hidráulica o fracking. Éste es muy peligroso ya que puede descontrolarse y se estarían contaminando las aguas del subsuelo. Cito el documento de la Alianza Mexicana contra el Fracking:
Esta técnica parte de la perforación de un pozo vertical la cual, una vez alcanzada la profundidad deseada, viene acompañada de una perforación horizontal que puede extenderse entre 1 y 1.5 kilómetros. Esta perforación se repite en diferentes direcciones, partiendo del mismo pozo de perforación vertical inicial. Una vez hechas las perforaciones, y debido a la baja permeabilidad de la roca de esquisto, es necesario fracturar la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión, para permitir el flujo y salida del gas. Pero este flujo disminuye muy pronto, por lo cual, para mantener la producción, es necesario realizar continuamente el procedimiento de fractura hidráulica en un mismo pozo.

Entre las consecuencias inmediatas del uso de este método de extracción estarían: Disminución de disponibilidad del agua para los seres humanos y ecosistemas, contaminación de las fuentes de agua, emisiones de gases contaminantes, contribuye al calentamiento global y otras. Puede consultarse información detallada en el sitio de la Alianza Mexicana contra el Fracking - http://www.nofracking.radicaldesign.org/ -

Lo que se puede prever es incertidumbre en el precio del gas y por consecuencia de la energía eléctrica generada a partir de este combustible.

También debe tenerse en cuenta que al privatizarse la generación, con la excepción de la de origen nuclear, los dueños de las centrales de generación querrán una máxima ganancia en el menor plazo y restringirán la inversión. Y a partir de esto se perdería seguridad de contar con la capacidad de generación eléctrica oportunamente, corriéndose el riesgo innecesario de falta de abastecimiento del fluido eléctrico, como ya sucedió en California en el invierno de 2000 – 2001 y en Buenos Aires en el último verano, 2013 -2014.

Por estas razones millones de mexicanos no estamos de acuerdo con las reformas hechas a los artículos 25, 27y 28 de la Constitución.

La industria energética es de la Nación

Entendemos que el Congreso de la Unión tiene la facultad de aprobar reformas a la Constitución con la mayoría calificada de dos terceras partes de los legisladores. También los ciudadanos tenemos el derecho de opinar sobre los asuntos de interés nacional –artículo 35 de la Constitución-. Y el futuro de la industria energética es de suma importancia para los mexicanos, de las presentes y futuras generaciones.

Los legisladores actuales y el titular del poder ejecutivo federal no propusieron en sus respectivas campañas electorales reformar la Constitución como lo han aprobado. Tampoco hubo propuesta alguna de los otros candidatos para estos cambios en la Constitución. Por lo tanto quienes ejercen los poderes ejecutivo y legislativo de la República no tienen mandato alguno para esta reforma. Por ello a todos los mexicanos atañe el derecho de opinar sobre esa reforma. Queremos que se nos consulte sobre su pertinencia o no. Y nos pronunciaremos por que prevalezca el interés de la Nación –el interés de todos los mexicanos- por encima de cualquier interés particular o privado.



Notas:
http://elpais.com/diario/2005/07/16/economia/1121464812_850215.html

2) Piquetes y caceroladas contra los apagones y la escasez de agua en Buenos Aires, http://www.elmundo.es/internacional/2013/12/18/52b1c88922601df3728b457e.html
 
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